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¿Qué diferencia hay entre nutrición y alimentación?

¿Cuál es la diferencia entre nutrición y alimentación? Seguro que has utilizado los dos términos muchas veces a la hora de hablar de tus hábitos o en el momento de seguir una dieta, pero debes saber que definitivamente no tienen el mismo significado por una razón muy sencilla. La alimentación es la ingesta de calorías con independencia de la composición de los alimentos, es decir, todo aquello que comemos. Sin embargo, la nutrición está ligada al balance equilibrado de macronutrientes y micronutrientes con el fin de extraer el máximo beneficio de los alimentos que ingerimos. Es importante partir de esta base ya que no todas las personas necesitan comer lo mismo ni su organismo responde igual ante las necesidades. La nutrición es más una cuestión cualitativa que cuantitativa, y un elemento esencial en el desarrollo de las funciones orgánicas.

El cuerpo humano depende de los alimentos para cumplir con su ciclo vital. Al igual que un automóvil necesita gasolina para recorrer kilómetros, el organismo no podría funcionar sin un sustento diario, pero no todos los coches utilizan el mismo tipo de combustible ni responden de la misma forma al desgaste diario. Me gusta realizar este símil ya que la composición de los alimentos que introducimos es vital a la hora de lograr una salud de hierro. Si no elegimos un correcto aporte de nutrientes adaptado a nuestras necesidades, terminaremos sufriendo carencias a corto/medio plazo. Por tanto, alimentarse es un factor indispensable para vivir, pero mantener un equilibrio adecuado en nuestra nutrición se convertirá en el gran aliado a lo largo de nuestra existencia.

¿Conocemos la relación entre muchas enfermedades y la nutrición? ¿Sabemos la composición real de todos los alimentos que consumimos y cómo nos afectan? En ocasiones tengo la sensación de que nos movemos por mensajes que calan durante algún tiempo, alarmas que hacen encender la luz y nos ponen en alerta (la polémica sobre el uso del aceite de palma, de la que hablaremos pronto, es un ejemplo), pero olvidamos lo esencial. Mantener un estilo de vida saludable y unos parámetros adecuados en la nutrición debe ser una cuestión interiorizada, un elemento cultural que es prioritario enseñar a los más jóvenes.

Alimentarse es ingerir calorías independientemente de la composición de estos… Nutrirse es más una cuestión cualitativa.

¿Qué es la nutrición correcta?

La nutrición es el eslabón más importante en cuanto a la prevención de cualquier tipo de patología y la herramienta fundamental para alargar el estado de bienestar y la salud de cada individuo. El avance y el desarrollo de la sociedad ha ido unido al aumento de una serie de patologías; muchas de las enfermedades de hoy no tenían tanta presencia en la antigüedad ya que nuestros hábitos han cambiado de forma importante. Por ejemplo, hablamos de la diabetes tipo 2, las patologías asociadas al síndrome metabólico como la presión elevada, enfermedades cardiovasculares, aumento de triglicéridos o colesterol y por supuesto, el cáncer. Los humanos hemos modificado nuestras costumbres nutricionales, otorgando una gran presencia a las harinas refinadas, los azúcares y alimentos en los que existe ausencia de antioxidantes, vitaminas o minerales. Todo ello ha ocasionado que en las últimas décadas aumente el número de pacientes aquejados de las patologías citadas, por ello insisto, es un factor más importante de lo que pensamos, y tanto la población como la industria alimentaria tienen que tomar conciencia de ello.

No debemos reducir la nutrición a cuestiones tangenciales como mantener el peso correcto con poco porcentaje de grasa o disponer de una masa muscular solvente. Siendo éstos factores importantes, la nutrición debe ser el mecanismo con el cual podamos abordar un gran número de las patologías que sufrimos. Se ha observado que en muchas ocasiones la célula tiene un déficit nutricional, esto hace que la aparición de síntomas en enfermedades como el cáncer, la arteriosclerosis o la fibromialgia, no sean más que la última expresión de un proceso crónico y alargado en el tiempo ocasionado por la ausencia de algunos micronutrientes.

El objetivo de la nutrición

El objetivo de la nutrición debe ser alcanzar la salud integral, entendiendo como ella el bienestar fisiológico de cada órgano de nuestro cuerpo pero también un estado de plenitud mental y emocional. Sabemos que la mente y las emociones están totalmente supeditadas a un buen funcionamiento de los órganos, y por ello el primer paso es aportar una correcta nutrición que nos permita el mantenimiento de la homeostasis orgánica, a partir de la cual las células de nuestro cuerpo y el estado psicológico de la persona funcionarán con mayor coherencia.

Lo primero es asegurar un balance calórico/energético en la ingesta de alimentos, y por supuesto una concentración adecuada de macronutrientes y micronutrientes. Como hemos dicho anteriormente, no se trata de establecer una cifra estándar de calorías, sino de lograr un equilibrio en base a nuestras necesidades. En un momento puntual, la nutrición servirá para contrarrestar el daño que haya podido producir una enfermedad, y por supuesto para prevenirlas.

Macronutrientes

  • Hidratos de carbono: nos permiten tener la máxima energía a lo largo del día y enfrentarnos a las exigencias fisiológicas del organismo.
  • Proteínas: un macronutriente imprescindible en la construcción de  estructuras orgánicas como los músculos, los cartílagos, el cabello etc.
  • Grasas: macronutriente fundamental para favorecer la síntesis de hormonas esteroideas o la fabricación de membranas celulares y partículas en el cerebro.

Micronutrientes

  • Vitaminas: tanto hidrosolubles como liposolubles.
  • Minerales: la concentración de estos micronutrientes favorece el correcto funcionamiento de todas las reacciones bioquímicas del organismo. A veces no valoramos la importancia de un buen aporte de minerales, y hay que tener en cuenta que más allá de la ingesta de macronutrientes o vitaminas, la concentración y absorción de minerales es clave ya que de ellos dependerá que el resto de reacciones bioquímicas del cuerpo funcionen a la perfección.

Quiero incidir en un último detalle que no debéis olvidar: la nutrición correcta no implica únicamente comer, sino que está relacionada de forma directa con absorber. Siempre debe ir ligada a una correcta actividad del tránsito intestinal y todas las funciones digestivas (la liberación de ácido clorhídrico, enzimas pancreáticas, biliares etc.). De lo contrario, aunque se realice una buena nutrición no lograremos el objetivo, ya que el fin es conseguir la entrada al plasma sanguíneo de macronutrientes y micronutrientes a través del sistema digestivo. Sin un buen funcionamiento de las vellosidades intestinales no conseguiremos alimentar a nuestras células.

En definitiva, debemos ser conscientes de la relación entre salud y una nutrición adecuada en todos sus parámetros. Nuestro organismo funciona como una máquina que procesa el combustible, desechando aquello que no puede utilizar en su beneficio. Abandonemos viejos paradigmas y entendamos que alimentarse con regularidad no garantiza la protección ante ciertas patologías muy presentes en la sociedad moderna. Aprende a elegir y sobre todo a priorizar los alimentos que realmente son útiles ante aquellos que simplemente elevan la ingesta calórica.

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Dr. Antonio Hernández

Especialista en medicina ortomolecular, natural e integrativa y medicina estética antiaging.

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